
Lombó defiende la apertura de protocolos para que “ni un solo caso de acoso quede sin detectar”
La consejera de Educación expone en el Parlamento de Cantabria su apuesta por un ámbito escolar “completamente seguro”
La consejera de Educación y Formación Profesional, Marina Lombó, ha defendido hoy la apertura de los protocolos de acoso “ante cualquier duda”, como medida de prevención y análisis de una situación de conflicto que “hay que estudiar hasta dónde llega para poder establecer las medidas oportunas”.
“Preferimos, y así lo trasladamos insistentemente, que se multiplique el número de protocolos abiertos en cada curso a que un solo caso de acoso se quede sin detectar”, ha insistido. Por ello ha puesto en valor que el curso pasado se activara en 82 ocasiones, frente a las 63 del curso 20-21 y las 47 del 19-20.
Según ha explicado esta mañana en su comparecencia, a petición propia, en la Comisión Parlamentaria de Educación y Formación Profesional, con motivo de la publicación del Informe Anual en materia de Convivencia Escolar, el número de protocolos abiertos en el curso 2021-2022, en relación con el total del alumnado en las enseñanzas no universitarias, constituyó el 0,09 por ciento, y el de los casos confirmados el 0,01%.
A pesar de ello la consejera ha sentenciado que “un solo caso de acoso escolar es inadmisible” y ha afirmado que el ámbito escolar ha de ser “completamente seguro” para nuestros niños y niñas, ya que constituye un daño “en muchas ocasiones irreparable, que ningún niño debería sufrir; es inaceptable e intolerable”, ha remarcado.
Para la titular de Educación, el clima en las aulas cántabras es bueno, un mérito que ha atribuido a docentes, alumnado y a sus familias, y en este sentido, ha asegurado que a pesar de que los planes, programas, las herramientas y los instrumentos ayudan, “nada sería posible sin esas dos condiciones: la educación en el hogar y en el aula”.
“Todos los miembros de la comunidad educativa saben que ese clima adecuado de convivencia es fundamental para fomentar el desarrollo del alumnado y favorecer una convivencia sana y todos ellos, todos nosotros, trabajamos para que así sea”, ha dicho.
En su intervención, Lombó ha detallado algunos de los principales datos del Informe Anual en materia de Convivencia relativo al curso 2021-2022, en el que el protocolo se activó en 82 ocasiones y se constató la existencia de acoso escolar en 11 casos, un 38,9 por ciento de casos de acoso escolar menos: 18 frente a 11.
Lombó ha asegurado, que según se desprende de los datos recogidos respecto al curso anterior, los datos del 21-22 van en la línea correcta, en la que es la deseable para todos “más protocolos activados y menos casos constatados”.
En esta línea ha señalado que “no todo conflicto, no todo problema de convivencia ni tan siquiera toda agresión es un caso de acoso escolar”, por ello ha asegurado que para que exista acoso escolar han de darse situaciones en las que un alumno recibe un “maltrato verbal o físico, continuado y deliberado por parte de uno o varios compañeros, en definitiva, un comportamiento que se produzca con el objeto de someter, apocar, asustar o amenazar a la víctima y es un comportamiento que atenta contra su dignidad”. Por ello ha afirmado que el acoso es una cuestión diferente a otras agresiones de carácter puntual u otro tipo de manifestaciones violentas que, por supuesto, “necesitan ser también ser atajadas, pero no son consideradas acoso”.
A pesar de ello ha recordado que es importante dejar claro que la labor de la administración educativa es poner en marcha medidas en el ámbito educativo, enfocadas a la restauración de la convivencia. “No hay, porque no puede haberlo, un ánimo punitivo, sino de restablecimiento de un clima adecuada en el aula o en el centro”, ha subrayado.
Mejoras introducidas
De este modo, ha considerado importante explicar las mejoras aportadas introducidas para optimizar el clima en las aulas, para materializar este objetivo se ha reforzado el Servicio de Inspección, que cuenta además de con el inspector de referencia de cada centro, con una inspectora que tiene una encomienda específica en materia de convivencia de todo el sistema educativo. Así, cuando surge algún conflicto, además de la participación directa del inspector del centro –que es lógica y necesaria porque es quien mejor conoce el centro ha asegurado Lombó- interviene también esta segunda inspectora, que tiene así una visión más global de este ámbito en todo el sistema educativo.
Además, la consejera ha apuntado como elemento destacable la creación de un grupo de trabajo específico dentro de la Consejería, con personal de ambas unidades, Inspección y la Unidad de Atención a la Diversidad y la Convivencia, que se reúne de forma específica para todo el ámbito relacionado con la convivencia una vez a la semana de forma reglada, además de, por supuesto, cuantas otras sean necesarias.
Tal y como ha señalado las primeras medidas puestas en marcha por ese grupo de trabajo es el establecimiento institucionalizado de un periodo de seguimiento de los casos de caso una vez cerrados. “Esto era algo que hacían de forma específica los equipos directivos y de manera más informal la Consejería, pero que hemos creído conveniente establecer de forma más ordenada, tasada”, ha apuntado.
Así, una vez constado un acoso escolar, y una vez adoptadas las medidas y cumplido el plazo establecido para su cumplimiento, tanto la Inspección como la Unidad Técnica, en colaboración con los centros educativos, realizan un seguimiento del alumnado implicado al menos durante un curso completo adicional. Es decir, este
curso, 2022-2023, se está realizando ese seguimiento de todos los casos de acoso escolar detectados y abordados durante el 2021-2022.
Respecto a las mejoras introducidas en la lucha contra el acoso escolar, desde su última comparecencia en el Parlamento y a sugerencia el Observatorio y considerando las propuestas realizadas en el seno de la Comisión, la titular de Educación se ha referido también al protocolo de acoso escolar, que se ha revisado, actualizado y mejorado en este tiempo y está disponible en la web Educantabria.
En la última Conferencia Sectorial de Educación, celebrada el pasado miércoles, se aprobó la distribución territorial de los fondos destinados a dos programas: el Programa de Bienestar Emocional en el Ámbito Educativo y el Programa de Educación Inclusiva. En total, Cantabria recibirá 862.000 euros, que nos permitirán reforzar las medidas puestas en marcha en ambos ámbitos.
Marina Lombó ha explicado que su departamento también trabaja, desde una perspectiva más amplia, en el ámbito del bienestar emocional del alumnado. Como muestra de ello ha relatado toda una serie de medidas que su departamento ha adoptado para trabajar este aspecto que han incluido el Congreso de Educación, que contó con la participación de cerca de 400 docentes, y que este año se centró en la ‘Convivencia positiva y Prácticas Restaurativas’. Del mismo modo, 23 centros de los 70 que desarrollan este curso programas PROA+, ha manifestado, tienen en marcha proyectos relacionados con la convivencia en temas como, entre otros, mentoría escolar, mentoría socioeducativa, convivencia, plan de acogida o prácticas restaurativas.
Por último, Lombó ha señalado también que se participa, junto a otras Comunidades Autónomas y al Ministerio de Educación y Formación Profesional, en la elaboración de la guía de recomendaciones para trabajar la ciberconvivencia en los centros.
Finalmente, y com un elemento destacable ha puesto en valor la colaboración con la Consejería de Sanidad, que ha permitido la puesta en marcha de la Unidad Educativo Terapéutica, a disposición de los alumnos con problemas de salud mental cuando el curso de sus enfermedades, “y con la que hemos creado un grupo de trabajo para la aprobación de un protocolo de prevención del suicidio que publicaremos próximamente”.